Málaga es de esas ciudades que lo tienen todo: historia, playas, buen clima y comida para chuparse los dedos. Situada en plena Costa del Sol, mezcla tradición y modernidad como pocas. Si tienes tres días para descubrirla, prepárate para enamorarte. Aquí te dejamos un itinerario fácil de seguir para aprovechar al máximo cada rincón, desde castillos históricos hasta la comida típica, todo lo que debes descubrir.
Día 1: Un paseo por el corazón de Málaga
Desayuno y paseo por Calle Larios y Plaza de la Constitución
Arranca el día en Calle Larios, el centro neurálgico de Málaga. Es peatonal, animada y perfecta para pasear sin prisas (y quizás picar algo). De ahí, sigue hacia la Plaza de la Constitución, siempre llena de vida. Tómate un café en alguna terraza mientras disfrutas del ambiente local.
La Manquita: La catedral a medio terminar más bonita que verás
La Catedral de Málaga, apodada “La Manquita” porque le falta una torre, es una visita obligada. Por dentro es una maravilla, con vitrales de colores y un altar que impresiona. Y si te animas, sube a la terraza para disfrutar de las vistas. Eso sí, prepárate para las escaleras.
Alcazaba y Teatro Romano: Un viaje al pasado
Después, toca sumergirse en la historia. La Alcazaba es una fortaleza árabe que parece sacada de una película, con jardines, patios y murallas que piden a gritos ser fotografiados. Justo al lado está el Teatro Romano, que añade más encanto al conjunto. No te vayas sin imaginar las historias que esas piedras podrían contar.
Hora de comer: El Cántaro y su sabor local
Cuando el hambre apriete, ven directo a El Cántaro. Aquí no hay fallo. Nuestra comida típica está para repetir, pero si quieres sentirte como un auténtico malagueño, pide nuestros marriscos y pescados. No te arrepentirás.
EL Plaza Mayor
Después de una comida típica, toca reposar la comida al lado del restaurante, en el centro comercial Plaza Mayor. Da un paseo por aquí, echa un vistazo a sus miles de tiendas, toma un café y relájate después de un día tan contundente.
Día 2: Arte, cultura y relax junto al mar
Museo Picasso: Un homenaje al hijo pródigo
Málaga vio nacer a Picasso, así que su museo no puede faltar en el plan. Encontrarás desde sus primeros bocetos hasta obras más abstractas. Perfecto para entender cómo este genio revolucionó el arte.
Museo Carmen Thyssen: Un viaje por el arte español
Si te gusta la pintura clásica, este museo te encantará. Tiene una colección preciosa de obras españolas del siglo XIX. Ideal para seguir descubriendo la cultura local.
Arte moderno en el Centre Pompidou
En el Muelle Uno, un cubo de colores llama la atención. Es el Centre Pompidou, donde las exposiciones contemporáneas te harán pensar (y debatir). Después, date un paseo por el puerto y aprovecha para hacer fotos junto al mar.
Tarde en la Playa de La Malagueta
La cultura está muy bien, pero nada como rematar el día en la playa. La Malagueta es la más famosa de Málaga, perfecta para tumbarte al sol, darte un chapuzón o simplemente desconectar.
Cena en un chiringuito: sabor a mar
No te vayas sin cenar en un chiringuito. Aquí, los espetos de sardinas son casi religión. Acompáñalos con un vino blanco fresquito y deja que la brisa del mar haga el resto.
Día 3: Aventura o pueblos de postal
Opción 1: Caminito del Rey, adrenalina con vistas
Si te va la aventura, el Caminito del Rey es para ti. Este sendero colgante atraviesa un desfiladero y garantiza paisajes espectaculares (y alguna que otra mariposa en el estómago). Eso sí, reserva entradas con antelación porque es muy popular.
Opción 2: Ronda y Setenil, pueblos de cuento
¿Prefieres un plan más tranquilo? Haz una escapada a los pueblos blancos. Ronda, con su famoso Puente Nuevo, es de postal. Y Setenil de las Bodegas, con casas incrustadas en la roca, parece sacado de otro mundo.
Regreso y cena de despedida en El Cántaro
De vuelta a Málaga, cierra tu viaje en El Cántaro con una de nuestras famosas cenas con espectáculo. Prueba la paella de mariscos o nuestra carne y brinda por un viaje inolvidable.
Recapitulando: Tres días que saben a poco
Málaga tiene ese algo que engancha. En tres días puedes pasear por su centro histórico, empaparte de arte, tumbarte en la playa y hasta explorar paisajes de película. Y si encima prueba la comida típica en el mejor restaurante de Málaga, ya tienes el combo perfecto.
Así que, ¿a qué esperas? Prepara la maleta, mete el bañador y ven a disfrutar de la Costa del Sol. Málaga te espera con los brazos abiertos… y con un plato de mariscos en la mesa. 🌞
Imagen de Olga Fil en Pixabay